“Mas a Dios gracias, el cual nos lleva siempre en triunfo en Cristo Jesús, y por medio de nosotros manifiesta en todo lugar el olor de su conocimiento. 15 Porque para Dios somos grato olor de Cristo en los que se salvan, y en los que se pierden”
(2 Corintios 2:14-15)
Al estudiar los proverbios que nos hablan de la lengua, la boca, los labios, nos volvemos mas concientes que nunca de la necesidad que tenemos de que Dios vigile nuestro hablar. Mi ser natural quiere dar rienda suelta a las palabras, sin pensar en como afectarán a otros. Pero el Espíritu Santo me recuerda que mis palabras y vida pueden llevar el grato aroma de Cristo.
Cuando hablamos palabras de ánimo, sabias, adecuadas, y verdaderas, es por su Asombrosa Gracia. Es porque El nos ha abierto los ojos y el corazón a la verdad. Amo esta estrofa del himno “Sublime Gracia” de John Newton:
“Sublime gracia del Señor
Que a mí pecador salvó;
Fui ciego mas hoy miro yo
Perdido y el me amó.”
A pesar de que este devocional está pronto a concluir, nuestro camino de glorificar a Dios con nuestros labios acaba de empezar.
Que tu y yo podamos comenzar a cantar y hablar alabanzas a Dios que cada día nos da el aliento, como haremos por toda la eternidad en el cielo! Que lo honremos con nuestras palabras de una forma que las personas se maravillen “Aleluya, ¡Qué Salvador!”
- ¿Cómo te ha mostrado Dios su Sublime y Asombrosa Gracia?
- ¿Cómo pueden las palabras que decimos tener el dulce aroma de Cristo tanto para creyentes como para no creyentes a nuestro alrededor? ¿Dejan tus palabras “fragancia” a Cristo? Explica.
- ¿Cómo puede la Asombrosa Gracia de Dios ayudarnos a hablar palabras que sean de aliento, sabias, adecuadas y verdaderas?
- ¿Qué cosas específicas necesitas hacer para continuar tu camino de glorificación a Dios con tus labios?
No hay comentarios:
Publicar un comentario