“El corazón del justo medita cómo responder,
mas la boca de los impíos habla lo malo.”
(Proverbio 15:28)
Un adolescente en New Jersey, Brett Banfe, decidió que había gastado demasiado tiempo hablando y muy poco escuchando a los demás. Así que tomó un voto de silencio por un año.
Después de leer del reto de Brett, decidí hacer un voto de silencio – por solo 40 horas. No pensé que sería difícil- ya que estaba sola (aunque debo confesar que en dos ocasiones hablé conmigo misma)!
Esto me recuerda una antigua historia de un monje que entró a un monasterio donde se le permitían dos palabras cada diez años. Después de diez años, el monje dijo “¡Cama dura!” Diez años más tarde “¡Comida mala!”. Finalmente, después de diez años el monje habló por tercera vez “¡Yo renuncio!” Su superior, sacudiendo la cabeza dijo: “no me extraña. Lo único que ha hecho en los últimos treinta años es quejarse!”
Atarnos la lengua es un gran reto! Proverbios 29:11 dice “El necio da rienda suelta a su ira, pero el sabio la reprime”. ¿Qué diría un observador imparcial de tu uso de la lengua? ¿Dices todo (o casi todo) lo que piensas o sientes? ¿O cuidadosamente eliges y mides tus palabras?
- “¿Ves a un hombre precipitado en sus palabras? Más esperanza hay para el necio que para él.”(Proverbios 29:20) ¿Cuáles son algunos de los pecados que resultan de cuando hablamos mucho o muy rápido? (Ej.: exageraciones, chismes, comentarios insensibles…)
- “El hombre prudente oculta su conocimiento, pero el corazón de los necios proclama su necedad.” (Proverbios 12:23) ¿Qué características del carácter quedan evidenciadas cuando una persona espera para hablar las palabras adecuadas en el momento propicio?
- “El que responde antes de escuchar, cosecha necedad y verguenza.”(Proverbios 18:13) ¿A veces eres rápida para llegar a conclusiones o interrumpes y respondes antes de escuchar todos los datos? ¿Qué dice este verso de esa tendencia?
- ¿Qué puedes hacer hoy de manera práctica para guardar tu lengua? ¿Cómo te pueden ayudar a la comunicación estas cosas?
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